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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

11/3/16

MAQUIAVELO Y LA LIBERTAD REPUBLICANA SEGUN Q. SKINNER


Por Raquel García Bouzas.(*)





Iniciando la tarea de investigación sobre el contenido del concepto de libertad, de sus usos históricos y de los actos y textos de los intelectuales y de los agentes políticos involucrados en el debate teórico sobre este tema, ofrecemos una versión abreviada de las posiciones de Quentin Skinner, uno de los protagonistas del debate, integrante de la llamada Escuela de Cambridge. (1)

Skinner comienza afirmando que por la continua influencia de T.Hobbes y otros teóricos “góticos” que escribieron sobre el gobierno y la libertad, se ha perdido el contacto con una idea de libertad política característica de la teoría política renacentista. Algunos de los más importantes teóricos contemporáneos como J.Rawls y R.Nozick también insisten en la visión “gótica” de la política. Es aquella en que la libertad es un derecho natural, “el antónimo de libertad es coerción, y la maximización de la libertad es vista como el objetivo (quizás el único) de la tarea de los gobiernos ilustrados”.1

James Harrington, un autor inglés interesado en la idea del estado libre en su obra Commonwealth of Oceana, de 1656, señaló la existencia de dos períodos en la  historia del pensamiento y la práctica de los gobiernos; el primero, iniciado por Dios mismo con la creación del Commonwealth de Israel, dio lugar a la era “en la que el concepto de autoridad política fue analizada en términos de libertad cívica e igualdad ”.

Luego, siguió un período largo y una declinación melancólica en la era de la prudencia moderna, que, finalmente, llevó a una era inaugurada por Julio César cuando dejó de lado “la libertad de Roma” abriendo el camino a los bárbaros, que deformaron la faz del mundo con sus formas de gobierno. Comenzó entonces el esfuerzo por erradicarlos restos de la antigua prudencia, sustituyéndolos por el pensamiento político moderno. El líder de este movimiento destructivo fue T.Hobbes, cuyo Leviatán Harrington trata como el más grande monumento del barbarismo “gótico” en la historia literaria sobre el arte del gobierno.

Skinner se propone en el Cap. 5 de “Visions of Politics”, concentrarse en la teoría política del Renacimiento y en particular en el análisis de la libertad en los “Discorsi” de Maquiavelo. Uno de sus objetivos en ese trabajo fue restaurar, revisar y desarrollar l adefensa tradicional de formas comunales de la libertad. En los Cap. 6 y 7 se dedica a examinar con mayor detalle la teoría de la libertad de Maquiavelo, contrastándola conel concepto sostenido por los autores contemporáneos del pensamiento liberal.

.“Si nosotros nos preguntamos cómo podemos esperar mantener nuestra libertad como miembros de asociaciones civiles, los exponentes contemporáneos de las políticas góticas tienden a responder en eco y endorsando la clásica afirmación de que esta tarea no es meramente de importancia global sino de excepcional dificultad”… “Los exponentes contemporáneos de la aproximación gótica se contentan generalmente con repetir la respuesta dada por Hobbes en el Leviatán”.2

Skinner se remite entonces a la obra de J.Rawls “A Theory of Justice”, en la que este autor asume la tesis de Hobbes referente al carácter egoísta de nuestros impulsos, que nos llevan al interés propio y al aumento de nuestra libertad personal -lo más posible- incluso en perjuicio de la de los demás. Esta teoría de la justicia está basada en la idea de la limitación del altruismo.
Para un teórico neo-romano, como Maquiavelo, el problema es más complicado. Para este autor, la mayoría del pueblo sólo quiere no ser dominado, por lo que su deseo principal es vivir libremente, persiguiendo sus propios fines lo más lejos posible, sin inseguridad o innecesaria interferencia. Quieren, en particular, ser capaces de disfrutar el beneficio común de una forma libre de vivir. Skinner cita el cap. I,XVI, y el II, de El Príncipe, para sostener cómo se vive como hombres libres y no como esclavos, según Maquiavelo. Aquellos quieren vivir sin temor, conduciendo a su familia sin ansiedad por su honor o bienestar, estando en una posición libre de poseer su propiedad sin desconfianza. Estos son los beneficios que nos permiten reconocer y gozar el hecho de que hemos nacido en la libertad y no como esclavos. Sólo se puede ser libre, siguiendo este razonamiento, en una comunidad basada en instituciones libres, en las que todos, como ciudadanos, participen. Nadie, en esas circunstancias, estará sometido a la voluntad de ningún particular o grupo.

Skinner sostiene que 3 “La exigencia básica de Maquiavelo es que si queremos prevenir que nuestro gobierno caiga en manos de individuos o grupos tiránicos, debemos organizarnos de modo que éste permanezca en manos de los ciudadanos como un todo.” En el pensamiento de Maquiavelo, la libertad es una forma de servicio, siendo la devoción al servicio público la condición necesaria para mantener la libertad personal. La libertad, tanto pública como privada, sólo puede ser mantenida si la ciudadanía en su conjunto dispone de la cualidad de la virtú. Por el contrario, sucedeque muchos de los ciudadanos son corruptos, colocando sus intereses privados por delante del bienestar público. El ocio y la ambición pueden pervertir las instituciones libres. El pueblo, confundido por una falsa imagen del bien, a menudo busca su propiaruina.4

Según Skinner, los modernos teóricos góticos asumen que el problema fundamental de la teoría de la libertad y aún de la teoría del estado es divisar la mejor manera de adjudicar entre competidores egoístas. El problema es resuelto cuando cada persona es capaz de disfrutar igual derecho al más extenso sistema de libertades básicas compatible con un igual sistema de libertades para todos. Para la teoría neorromana, en cambio, el problema final es encontrar algunas formas de trasmutar nuestra tendencia de fin autodestructivo hacia la corrupción en un virtuoso compromiso con el bien común.



Señala Skinner que cuando Maquiavelo atiende a la solución del problema de la corrupción introduce la acción favorable de la fortuna en dos formas: un gran padre fundador, y una sucesión de líderes que reemplacen la corrupción por la virtú. Sin embargo, la grandeza de una ciudad no es totalmente el resultado de la suerte, también es susceptible de razón y de elaboración de normas, cuando “el amor a su país fue más potente en el conjunto de los ciudadanos que cualquier otra consideración”. Ese amor es producto de una adecuada educación, que hace a un ciudadano virtuoso. El concepto es el de Erasmo, cuando sostiene que “el pueblo no nace, se hace”. De esta idea proviene la costumbre de los libros pedagógicamente orientados a la educación de los líderes para que sean virtuosos y deseen servir al bien común. Sin embargo, Maquiavelo confía más en el ejemplo del líder virtuoso, para combatir la corrupción. Es posible reanimar la antigua virtú de una república simplemente por el significado de hechos ejemplares. La llegada a la escena política de un líder ejemplar es siempre un regalo de la fortuna, y en consecuencia constituye un designio de promoción de la virtú en el conjunto del cuerpo ciudadano. Pero, dependiendo de la fortuna este hecho, Maquiavelo sigue teniendo en cuenta que la mayor parte del pueblo es generalmente corrupto. Coloca así toda su confianza en el poder coercitivo de la ley, para que actúe como guardián de nuestras libertades: “es posible hacer a los hombres mejores y menos ambiciosos por medio del temor al castigo”.

El rol indispensable de la ley es entonces detenernos ante la corrupción e imponernos la necesidad de comportarnos como ciudadanos virtuosos, haciendo menos tentador el seguir la tendencia natural de perseguir nuestro interés propio a expensas del bien común. “El hambre y la pobreza hacen a los hombres industriosos, mientras que las leyes los hacen buenos”. Pero, ¿cómo puede la ley ser usada para proteger nuestra libertad? Maquiavelo aclara que la forma más obvia es detener a aquellos que interfieren en la libertad que tenemos de buscar nuestros propios fines. Otra es la que previene que posiciones de suprema autoridad se usen para promover ambiciones corruptas a expensas del bien común. Para ello esas posiciones se establecerán por períodos limitados y con el único propósito de resolver la emergencia: “la prolongación del mando militar supremo esclavizó a Roma”. El uso corrupto de la fortuna también es otra forma de interferir con la libertad. Si se es muy rico, se puede equipar un ejército que someta la libertad de toda la ciudad. “Lo más útil que puede hacer una ciudad porsí misma es mantener pobres a sus ciudadanos”.

Maquiavelo tiene una propuesta abarcativa de todo el problema de la libertad del ciudadano, argumentando en el cap.5 del Libro 1 de El Príncipe, que lo que es más necesario es un magistrado encargado de la tarea específica de cuidar la libertad delos ciudadanos contra los que traten de interferirla.

El Análisis que hace Maquiavelo de la relación entre ley y libertad se funda en premisas familiares, pero no concierne meramente al hecho obvio de que si actuamos consistentemente de un modo autointeresado, violaremos la libertad de otros. Agregaque si estamos ciegos por las estratagemas de los líderes corruptos, o corrompidos por fraudes colectivos, esto tendrá el efecto no sólo de transformarnos en antisociales, sino de llevarnos por caminos de autodestrucción. La ley no sólo está para hacernos respetar la libertad del otro, sino para liberarnos de nuestra natural pero destructiva tendencia de seguir el interés propio. La ley puede y debe ser usada para forzarnos aser libres.

Según Skinner, los teóricos góticos han estigmatizado esta afirmación de Maquiavelo, tomándola como un malentendido. La libertad, dicen, significa ausencia de compulsión, entonces, para hablar de un pueblo libre por medio de la fuerza es propagar una confusión de términos. Por el contrario, sostiene Skinner, para Maquiavelo es imprescindible que la ley nos obligue por la fuerza a proteger y defender nuestra libertad. Sus argumentos se basan en la visión pesimista de la naturaleza humana, dado que es imposible eliminar nuestra tendencia a actuar corruptamente. Dado que la corrupción es la antítesis de la virtú, mientras la virtú es indispensable para mantenertanto las libertades personales como las públicas, nuestra conducta corrupta debe ser neutralizada si el vivere libero, y además, nuestra libertad, -ambas- son preservadas.

Eso sucede si la ley opera canalizando nuestra conducta de modo que, aunque nuestras razones para actuar sean motivadas por el interés propio, tenga consecuencias que, aunque no intencionadas, sean las que promueven el interés público. Siguiendo este razonamiento, Maquiavelo considera que el método más seguro es buscar los elementos comunes de los más exitosos códigos constitucionales dé la antigüedad. En cambio, para un teórico gótico contemporáneo, como J.Rawls, el objetivo es llegar a un punto fuera de la historia, una imaginada convención constitucional, para fundamentar legalmente a las sociedades libres. Sin embargo, hay una coincidencia entre ambos autores, ya que son partidarios de la legislatura bicameral. La diferencia está en que para Rawls el valor especial de la constitución qué diseña es que provee, a cada uno, al menos potencialmente, igual acceso al poder, formas iguales de prevenir cualquier atropello de los derechos individuales y por lo tanto igual capacidad para defender sus libertades. Para Maquiavelo, al contrario, la razón para preferir ese tipo de constitución radica en su única potencialidad para convertir a los vicios privados en beneficios públicos, mientras nos obliga a respetar nuestra libertad tan bien como la de los otros.

Todo esto se vincula con la afirmación de que en toda sociedad hay dos actitudes divergentes, la de los grandi y la del pueblo ordinario. Instituyendo un sistema bicameral, esta rivalidad puede ser explotada en ventaja para el público, como pasó en Roma, entre el Senado y el Tribunado. Los dos grupos opuestos, cada uno representando intereses particulares, mantienen una vigilancia continua sobre el otro; este balance tenso equilibra bloqueando las propuestas sectarias, logrando que se tenga en cuenta el interés de toda la comunidad. Maquiavelo considera que la religión juega un papel importante en esta acción de obligar a la población a respetar su propia libertad. Cree que los cristianos se preocupan fundamentalmente por la vida eterna yno ponen toda su voluntad en la felicidad de esta vida terrenal; sus prácticas favorecen el ocio, más que la virtú.

 Siguiendo con la comparación con los teóricos góticos, Skinner afirma que para éstos, como Rawls, la ley debe intervenir para forzar al intolerante a respetar la libertad delos demás, mientras que para Maquiavelo el problema es cómo interpretar a la religión desde el punto de vista de la virtú, cómo prevenir que corrompa la vida pública retaceando nuestra libertad. Una forma es que la ley reconozca la santidad de los juramentos, que son promesas en las que el nombre de Dios es la garantía de su cumplimiento.

La idea de libertad negativa: perspectiva maquiavélica y moderna.
Skinner se propone en el Cap. 7 de Visions of Politics explorar y aumentar la comprensión de los conceptos que empleamos en argumentos sociales y políticos. De acuerdo a su método, enfoca su trabajo hacia un concepto central en las discusiones sobre teoría social y política, el de libertad política, la extensión de la libertad de acción  atribuíble al individuo en los confines impuestos a ellos por su carácter de miembros de asociaciones civiles. Señala que en general ha predominado el concepto de libertad negativa, sobre todo a partir de las obras de J. Bentham y de I. Berlin. Se trata de que, como dice MacCallum “cuando la libertad de un agente o agentes está en cuestión, es siempre la libertad restringida o constreñida, o interferida por, o una barrera a hacer algo, no hacerlo, o considerarlo conveniente.” Esta concepción de la libertad negativa recorre todo el pensamiento político contractualista moderno. Para Hobbes la libertad significa ausencia de oposición, y lo mismo sucede para J.Rawls.

Según Skinner, es cierto que, a pesar de un gran consenso, siempre ha habido disputas entre los proponentes de la tesis negativa sobre la naturaleza y las circunstancias en las cuales es apropiado decir que la libertad de determinado agente es o no es restringida o violada. Es que siempre ha habido distintas creencias sobre qué cuenta como oposición, sobre si es una oposición que limita la libertad o si es meramente la limitación de la habilidad de los agentes para actuar. Rousseau, por ejemplo, considera que el mantenimiento de la libertad personal depende del funcionamiento de los servicios públicos, y las cualidades necesarias en cada individuo para que ello suceda son las virtudes cívicas. La libertad presupone entonces la virtud, ya que sólo el virtuoso está verdadera y completamente capacitado paraasumir su propia libertad.

Los partidarios actuales de la libertad negativa asumen los puntos de vista de Hobbes,y dado que la libertad de los súbditos debe implicar la inmunidad del servicio a la Commonwealth, decir que se me hace libre por cumplir virtuosamente con mis deberes sociales, igualando deber con interés, es simplemente “echar una manta metafísica sobre una confusión o una deliberada hipocresía”, en palabras de I.Berlin. Algunos teóricos actuales, como Charles Taylor, entienden en cambio que hay libertad sólo “enel ejercicio de ciertas capacidades”, y de ese modo, “no somos libres o somos menoslibres cuando estas capacidades están incompletas o bloqueadas”. El debate entre bosque piensan a la libertad social como un concepto de oportunidad negativa y los que piensan en él como un ejercicio positivo tiene que ver con la disputa sobre la naturaleza humana.

La tesis de Skinner, fundamentada históricamente, es que el concepto de libertad negativa se combinó en otra época con los ideales de la virtud y el servicio público, de un modo que es imposible, de la forma en que hoy se toma, asumirla sin considerarla incoherente. Por eso es necesario exhumar a los grandes filósofos del pasado para que nos ayuden a lograr mejores respuestas a nuestras propias preguntas. Debemos hacerlo en nuestro propio idioma, tratando de reconstruir sus ideas, intentando ver qué estaban haciendo cuando presentaban sus argumentos. Con respecto al concepto de libertad, Skinner sigue una línea de investigación sobre la teoría republicana romanade la ciudadanía y la vincula con la presentación que Maquiavelo hace en los Discorsi, afirmando su tesis de que en este autor se encuentra la más aguda y elaborada teoría clásica de la ciudadanía, centrada en la idea de libertas que caracterizaba al pensamiento de la república romana. Refiriéndose a los grandi y al popolo, señala que mientras éstos tratan de ser libres sin interferencia para seguir sus intereses, los segundos simplemente quieren vivir en seguridad. La república tiene por objetivo mantener a los ciudadanos libres de interferencias, pero asegurando la continuidad de una vida pacífica. El contraste crucial es entre los “hombres libres” y “los que dependen de otros”. Si bien es claro que para Maquiavelo la libertad exige ausencia de obstáculos, es necesario ver qué quiere decir cuando habla de comunidades libres. La respuesta fácil es sostener que quiere decir lo mismo en ambas afirmaciones. Sin embargo, queda claro que se refiere a la institución o mantenimiento de un sistema de autogobierno. Nunca podemos esperar vivir una forma libre de vida salvo que sea bajo un régimen republicano. Para Skinner el razonamiento de Maquiavelo sobre este punto se encuentra en el lugar en que ubica la idea de ambizione en la vida pública. El ejercicio de la ambición es invariablemente fatal para la libertad de cualquiera contra quien se dirija exitosamente, ya que toma la forma de una libido dominandi, un deseo de presionar a otros y usarlos para los fines propios. Se manifiesta en dos formas, una, como el deseo de los grandes de adquirir poder a expensas de sus conciudadanos, agrupando sus propias fuerzas y otra, alejando el control del gobierno fuera del alcance del público, para aumentarlo. De tres maneras podrían hacerlo: convenciendo al pueblo para adoptar medidas que les convengan en contra del interés público, o siendo reelegidos por sucesivos períodos favoreciendo el clientelismo, o utilizando su fortuna para lograr el apoyo popular en medidas que fueran contra el bienestar general. En todos los casos se trataría de la formación de facciones, y de ellas provendría la ruina de la ciudad. Otra forma de ambizione se manifiesta como la que tienen algunas comunidades deseosas de dominar a sus vecinas. Sólo puede ser contenida si todos los ciudadanos defienden la ciudad con sus armas. En cuanto a las cualidades del ciudadano que se deben cultivar para defender la libertad, Maquiavelo destaca dos: una, la prudenza. Los sabios son los que pueden hacer los cálculos de chances y probabilidades, demostrando su prudencia al conducir la guerra, buscando la paz, afrontando los cambios de la fortuna. La otra es el animo, el coraje, la determinación.

Para Skinner estas ideas de Maquiavelo provienen de los historiadores y moralistas romanos, para quienes la virtus generalis abarcaría la prudencia, la justicia, el coraje yla temperancia. Si bien para muchos comentaristas Maquiavelo usa la palabra virtú noen sentido moral sino como posesión de la energía o capacidad para decidir un acto,p ara Skinner también lo usa consistentemente para describir las cualidades humanas imprescindibles para que esos hechos puedan llevarse a cabo. Son los talentos necesarios para fundar ciudades, prevenir las facciones, evitar la corrupción, mantener el liderazgo, imponer ordenadamente un gobierno e impulsar otras artes de paz. Por lo tanto, en el corazón de la teoría política de Maquiavelo hay un mensaje puramente clásico, enmarcado en las mismas palabras que han usado los antiguos teóricos.

Skinner nos dice que “ Si preguntamos en virtud de qué cualidades, qué talentoso habilidades, podemos esperar que se aseguren nuestra propia libertad y se contribuya al bien común, la respuesta es: en virtud de las virtudes.5
Al final de su exposición sobre el concepto de libertad en Maquiavelo, Skinner vuelve ala propuesta inicial, para demostrar cuáles son las disputas sobre el contenido de la idea de libertad negativa. Señala entonces que los términos del actual debate son confusos y que la distinción entre los argumentos de Maquiavelo y los de Hobbes han perdurado en él. La mayoría de los teóricos actuales siguen sosteniendo y han convertido en un axioma que cualquier teoría de libertad negativa debe ser en efecto una teoría de derechos individuales. La libertad de acción es un derecho, es un derecho moral a la libertad. Se ve a la libertad a la vez como un derecho natural y como la forma de asegurar nuestros otros derechos.

Pero esos son meros dogmas. La teoría neo-romana como la de Maquiavelo nos ayuda a ver que no hay obligación concebible para pensar sobre nuestra libertad de esa manera particular. La de Maquiavelo es una teoría de la libertad negativa, “pero élla desarrolla sin hacer ningún uso del concepto de derechos individuales”. “Mientras a menudo habla de lo que es honesto, o moralmente bueno, no conozco ningún pasaje en su entera obra política en donde hable de agentes individuales como detentando derechos. Por el contrario, la esencia de su teoría puede ser expresada diciendo que la adquisición de la libertad social no es un asunto de derechos personales, dado que indispensablemente requiere llevar a cabo deberes sociales.” 6

Según Skinner los escolásticos contemporáneos de Maquiavelo y sus descendientes contractualistas respondieron a estos argumentos de una forma similar. La mejor forma de asegurar la libertad personal es concebirla como un derecho, como una especie de propiedad moral, y defenderla absolutamente contra toda forma de interferencia externa. Pero a esta objeción, dice Skinner, los teóricos neo romanos presentan una fuerte réplica. Adoptar esa actitud, dicen, no es meramente el epíteto de ciudadanía corrupta, es también, en alto grado, una instancia de imprudencia. Todos los ciudadanos prudentes reconocen que, cualquier grado de libertad negativa que puedan disfrutar, sólo puede ser el producto y si se quiere la recompensa de un constante reconocimiento y propósito del bien público a expensas de todo fin puramente individual y privado.

Skinner concluye el Cap. 7 de Visions of Politics afirmando que es perfectamente claro y en un sentido no metafísico, que aunque Maquiavelo nunca habla de intereses, es posible decir que él cree que nuestro deber y nuestro interés es la misma cosa. Sin desdecir su idea de que el hombre es vil, y que no hará nada que no le dé ventaja personal, probará que la aparente paradoja del deber y el interés es en realidad la más afortunada de las verdades morales. Pues si es cierto que al menos a la generalidad de los hombres viles se les puede dar razones para actuar virtuosamente, lo es igualmente que ninguno de ellos llevará a cabo ninguna acción virtuosa.



(*).-Facultad de Derecho 
Ciudad: Montevideo, Uruguay .
 Fuente. http://www.fder.edu.uy/contenido/ideas/documentos_2011/garcia-bouzas/maquiavelo-quentin-skinner.pdf

1La traducción, en adelante, es nuestra. Q.Skinner, “Visions of politics”, vol ll, “Renaissance Virtues”,págs.161-162.
2 Ob.Cit. pág. 161-162.
3 Skinner, Ob. Cit. Pág. 163.
4El Principe, cap. I.
5 Visions of Politics, pág.210.
6 Q. Skinner,Ob.Cit. pág. 211
(*) 

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