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...EL MUNDO HA DE CAMBIAR DE BASE. LOS NADA DE HOY TODO HAN DE SER " ( La Internacional) _________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

9/1/18

PIRATAS. LA REPÚBLICA DEL MAR


Peter Linebaught  y Marcus Rediker(*)




El barco pirata del principios del siglo XVIII fue un “mundo vuelto del revés” debido al convenio que establecía las normas y costumbres del orden social d e los piratas: una hidrarquia desde abajo.  Los piratas administraban justicia, elegían a sus oficiales, repatrian el botín  a partes iguales y establecieron  una disciplina diferente.  Limitaron la autoridad del capitán,  se resistero a aceptar muchas de las prácticas de l amarina mercante capitalista y mantuvieron un orden social multicultural, multirracial  y multinacional, Intentaban  demostrar que los barcos  no tenía que ser gobernados del modo brutal y opresivo que reinaba en los buques de la flota mercante y d el armada real.  El dramaturgo John Gay demostró su  conocimiento de este mundo cuando, en su obra Polly, hizo que Machbeath se pusiera el disfraz de pirata negro llamado Morano y cantara una canción titulada “ The Wrold´s Turned Upside Dwon”.

El barco pirata era democrático en una época  no democracita. Ls piratas reconocían a su capitán una autoridad incuestionable en la caza de navios y en la batalla, pero en los demás casos insistían en que estuviera sometido al “gobierno de la mayoría”. Como señalaba un observador “ le permitían  ser capitán a condición de que ellos pudieran ser capitanes por encima de él”. No le concedían la cantidad extra de comida, ni el rancho exclusivo no el alojamiento especial que recamaban habitualmente los capitanes d el a marina mercante o de l a flota de guerra., Aun mas,  si la mayoría l 0de cidia podía quitarle el puesto  y así se destituía a los capitanes por cobardean, , por crueldad, por “ negarse a saquear navíos ingleses” e incluso “ por ser demasiado aristocráticos”. Los capitanes que se atrevían a excederse en su autoridad fueron en algunos casos ejecutados.  La mayoría de los piratas “ tras haber sufrido anteriormente  por lo s malos tratos de lks oficiales vigilaban cuidadosamente para que no volviese a producirse nuevamente ninguna de estos hechos malvados” una vez que se encontraron en libertad para organizar el barco a su voluntad. Otras limitaciones el poder del capitán estaban personificadas en  en la figura dl intendente que era elegido para representanta y proteger los intereses de la tripulación y en la institución del consejo que era una reunión en la que participaban todos lo hombres del barco y que constituía la autoridad máxima.
El barco pirata era una organización igualitaria en una época jerárquica ya que los piratas repartían su botín a partes iguales nivelando la elaborada estructura d e las categorías de salario que era común a todo el resto de empleos marítimos.  El capitán y el intendente reciban entre una y media y dos partes del botín; a los oficiales de rango inferior y a los artesanos se les daba una parte y un cuarto o una parte y media;  todos lo semas recibían una parte cada uno.  Este igualitarismo tenía su origen en hechos fundamentales.  Para los capitanes d el a marina mercante resultaba irritante la situación, y el comentario al respeto era que “hay tan poco gobierno y   subordinación entre  los piratas que en ocasiones todos son capitanes, todos son lideres”. Mediante la expropiación de un barco mercante (después  de un motín o tras su captura) los piratas se hacían con los medios d e producido marítima y los declaraban propiedad común de quienes los trabajaban.  En vez de trabajar a sueldo utilizando las herramientas y la gran maquinaria ( el barco)  que eran propiedad de un capitalista comerciante, los piratas abolieron el salario y mandaban en el barco como si fuera s propiedad compartiendo a partes iguales los riesgos d e la empresa común.

Los piratas tenían conciencia de clase y buscaban la justicia con una actitud revanchista contra los capitanes de la marina mercante  que tiranizaban a quien era simple marinero y contra los oficiales del rey que se aferraban a la prerrogativa de  ejercer esta tiranía.  De hecho, la “administración de justicia”  era una practica típica d e los piratas. Después de apresar un navío, los piratas “ administraban justicia” averiguando como trataba a su tripulación los que mandaban en dicho navío,. A continuación “ataban a un poste y azotaban”  a aquellos “contra los cuales se habían formulado quejas”. La tripulación de Bartolomew Roberts llego a considera este asunto tan importante que designo formalmente a uno de sus hombres- concretamente a George Wilson. Que sin lugar a dudas era un hombre fiero y fuete-  como “administrador d e justicia”.  Los piratas apaleaban y ocasionalmente ejecutaban a los capitanes apresados, unos incluso se jactaban de aplicar una justicia vengadora, mediante la horca. El capitán pirata Howel Davis afirmaba que “· el motivo que inducia a los marineros a hacerse piratas era la posibilidad de vengarse de los mercaderes despreciables asi como d e los  capitanes y mandos que actuaban con crueldad en los barcos”. Sin embargo los piratas no castigaban a los capitanes d e manera indiscriminada. A menudo recompensaban a los individuos honestos que nunca abusaban d e lo s marineros” e incluso se ofrecían a que algún capitán decente “volviera a Londres una gran suma de dinero y desafiara a so comerciantes”.  De esta manera los piratas actuaban contra las brutales injusticias que se cometían en la marina mercante, de tal modo que un miembro de alguna tripulación llego a afirmar que eran una “especie de Robín Hoood” (36).

Los piratas insistían en los derecho a los medios de subsistencias, a saber, lo s alimentos y la bebida que a menudo se denegaban a bordo de los barcos mercantes o de l a armada. , la grave escasez que llevo a muchos marineros a ser lo s primeros en “saltarse las normas”. En 1724 un marinero amotinado a bordo del  George Galley respondía a las ordenes de su capitán  de agarrar la sobremesana diciendo “en un tono fiarme y cierto desdén que  tal como comemos, así trabajamos”. Otros amotinados sostenían simplemente que “no era su cometido morir” y si, un capitán pensaba que lo era,  colgarle seria un mal menor.  Muchos observadores d e la vida d e los piratas señalan el carácter carnavalesco  de ciertas ocasiones- lo s momentos de comer, , beber, tocar el violín, danzar y divertirse-  y algunos consideraban que tales “ desbordes infinitos” eran enemigos de la dura disciplina en el mar. Hombres que habían sufrido por las provisiones escasas o en mal estado en otros empleos marítimos comían y bebían ahora de “un modo desenfrenado y voluptuoso que se ha convertido en un hábito para ellos”. Dirigían muchos negocios “sobre un gran recipiente d e ponche”  que la sobriedad hacia a veces que” un hombre cayera bajo la sospechas de participar en un complot contra el Estado”, es decir, la comunidad naval. La primera clausula d e las normas de Bartolomew Roberts garantizaban a cada hombre “un voto en los asuntos importantes W” y el derecho a recibir igual que sus compañeros provisiones frescas y un licor fuerte. Para algunos que se unieron a los piratas la bebida, “había sido un motivo mas convincente que el oro” . , y l a mayoría podía estar de acuerdo con el lema de “no emprender aventura sin antes apuntalar la panza”. Así pues los piratas del Atlántico luchaban para asegurarse  la salud y la seguridad, es decir por instinto d e conservación. L a imagen del pirata como un hombre con un parche en un ojo y una pata d e palo y un gancho que hacia la s veces d emano sugiere una verdad esencial: el trabajo de marino era  una activad peligrosa. Por consiguiente lo s piratas `ponían una parte de todo su botín en un fondo común reservado para aquellos que padecían lesiones de efecto duradero, “ya fuera la perdida d el avista o de cualquier extremidad. Intentaban aportar algo a los necesitados.

 
El barco pirata albergaba una sociedad variopinta, multinacional, multiracialo y multicultural. El gobernador d e Jamaica Nicolas Lawes no era mas que un eco de todas las ideas d e los oficiales del rey cuando llamaba a todos ls piratas “bandidos de todas las naciones”. Otro oficial caribeño lo corroboraba. Las tripulaciones piratas estaban formadas “por personas de todas las naciones”. En 1717 la tripulación del negro Sam Bellamy era una multitud mezclado de todos los países incluidos británicos, franceses,  holandeses, españoles, suecos, americanos nativos y afroamericanos además de dos docenas de africanos liberados de un barco negrero. Los principales amotinados a bordo del George Galley en 1724 eran un inglés., un gales, un irlandés, dos escoceses,  dos suecos y un danés,  todos los cuales e hicieron piratas.  La tripulación de Benjamin Evans estaba formada por hombres de origen ingles,  francés, español, holandés, y africano.  El pirata James Barrow ponía de manifiesto la realidad de ese internacionalismo cuando se sentaba  después d el a cena “entonando de una manera africana…cantos españoles y franceses que secaba de un libro holandés de oraciones”. Elñ gobierno solía decir d e los piratas que “no tenían país” y los propios piratas estaban de acuerdo con ello cuando saludaban a otros navíos en el mar hacían hincapié  en su rechazo a la nacionalidad  proclamando que ellos “eran  de los mares”.  Un funcionario colonial informo en 1697 al Consejo de Comercio y Plantaciones que lo s piratas “no reconocían a nadie como compatriota, habían traicionado a su país y estaban seguros de ser ahorcados si los atrapaban  y que no tomarían partido sino que harían todo el daño que pudieran”. Sin embargo, como decía un rebelde amotinado en 1697, refunfuñando: “No importa en absoluto en que parte del mundo vive un hombre con tal de que viva bien”.

 

Cientos de personas d e origen africano encontraron su lugar dentro del orden social imperante en los barcos piratas. A pesar de que una minoría sustancial d e piratas había trabajado en el trafico de esclavos y por consiguiente había tomado parte en la maquinaria der la esclavización y transporte de esclavos y aunque los barcos piratas ocasionalmente capturaban y  vendían cargamentos que tenían esclavos, los africanos y afroamericanos, tanto libres como esclavos eran numerosos y activos a bordo d e los barcos piratas. Unos pocos de esos hombres que trabajan en el mar  acabaron “danzando a los cuatro vientos” como  el mulato que navego con Bloack Bart Robert y fue ahorcado por esto en Virginia en 1720 Otro “individuo decidido, un negro”  llamado Cesar estuvo dispuesto a volar el barco de Bocanegra antes de rendirse a la armada real  en 1718 y también fue ahorcado. Algunos negros pertenecientes a las tripulaciones también formaron parte de de la vanguardia filibustera, los hombres de mas confianza y mas temibles que eran designados para abordar posibles presas. Por ejemplo  el grupo de abordaje del Morning Star tenía un “cocinero negro armado abasta los dientes” mientras en el Dragón mas d el a mitad del grupo  de abordaje de Eduard  Condente eran negros.  En 1724, un “cocinero negro” libre dividía las provisiones en partes iguales de tal manera que  la tripulación del barco de Francis Spring pudiera vivir “ muy alegremente”.  Los “ negros y mulatos” estaban presentes en casi todos los barcos piratas y los numerosos comerciantes y capitanes que comentaron su presencia rara vez se refirieron a ellos llamándoles esclavos.  Hubo piratas negros navegando con los capitanes Bellamy,  Taylos, Willians,   Harris, Winter,  Shipton, Lyne, Skyrm, Roberts, Springgs, Bonnet, Philips, Baptiste, Cooper y otros.  En 1718 de los cien piratas que formaban la tripulación de Barbanegra sesenta eran negros, mientras que el capitán  Willian  Lewis se jactaba de tener “40 excelentes marineros negros” en un total de ochenta hombres que constituían su tripulación. En 1719 el barco  Oliver la Bouche tenía una tripulación” mitad de franceses , mitad de negros”.  La existencia d e pirata negros era un hecho tan común que indujo a un periódico a informar que una banda de filibusteros, todos ellos mulatos,.  Estaba merodeando por el Caribe comiéndoselos corazones d e los hombres blancos que capturaban. Entretanto en Londres el acontecimiento teatral mas importante de aquel periodo tenia prohibido representar la realidad de los piratas negros ya que el Lord CHamkberlain máxima autoridad judicial del reino se negó a dar licencia para la puesta en escena de Polly , la continuación que escribió John Gay para The Beggar´s Opera,  que terminaba cuando Machbeat era llevado a las Indias Occidentales donde se escapaba d e una plantación,  , se hacia pirata y , disfrazado de Morano  “ un villano  negro” se convertía en cabecilla de una banda de filibusteros. Pollhy Peachum se disfrazo a su vez d e hombre y emprendió la busca de su héroe y de los compañeros piratas de este,  diciendo “ Quizás pueda oír algo de él entre los esclavos d el a plantación vecina”


Alguno piratas negros eran hombres libres como el experimentado marinero llamado “negro libre de Depfort” que en 1721 dirigió un motín y decía “teníamos excesivos oficiales y el trabajo era excesivamente duro, y ¡que no ¡ “. Otros eran esclavos huidos., En 1716 los esclavos de Antigua se habían “ vuelto muy insolentes y ofensivos” con lo que los amos empezaron a temer una insurrección. El historiador Hug Rankin ha escrito que un numero considerable de estos esclavos indómitos” huyó para unirse a  aquellos piratas que no  parecían preocuparse demasiado por las diferencias de color”. Justo antes de los sucesos de Antigua las autoridades de Virginia habían estado inquietas por la conexión entre “los estragos producíos por los piratas” y “una insurrección de los negros”.
Los marineros de color capturados con el resto de la tripulación del Blak Bart en 1722 empezaron a amotinarse por las malas condiciones en que estaban y las escasas raciones  que recibían estando en manos de la armada real especialmente porque gran pare de ellos había gozado durante mucho tiempo  del “estilo de vida de los piratas”. Este estilo de vida significaba tanto para ellos como para otros mas alimentos y un mayor grado d e libertad.

Estos contactos materiales y culturales no eran poco frecuentes.  Una partida d e piratas se establecido en África Occidental a principios  de la década de 1720 uniéndose y  mezclándose con los kru que a su vez  eran conocidos por su destreza en las técnicas marítimas ( y cuando los reducían a la esclavitud por su liderazgo en las rebeliones que tenían lugar en el Nuevo Mundo). Además hay que decir que algunos piratas habían   estado mezclándose durante mucho tiempo con la población nativa de Madagascar contribuyendo  a generar allí una raza de “ mulatos oscuros”. Los intercambios culturares entré marineros y piratas europeos y africanos se produjeron de manera generalizada dando como resultado, por ejemplo, las conocidas similitudes de forma entre los cantos africanos y los salomas que cantaban la gente del mar. En 1743 un tribunal militare juzgo a algunos marineros por cantar una canción” de negros” desafiando la disciplina. Los que se iban a amotinar también participaban en los mismos ritos que practicaban los esclavos antes de una rebelión. En 1731 un grupo de amotinados bebido ron y pólvora, mientras  en otra ocasión expreso sus intenciones de rebelarlos “bebiendo agua del cañón del mosquete” Esta claro que los piratas no actuaban seguir los códigos que se aplicaban en las sociedades esclavistas del Atlántico.  Algunos esclavos y algunos negros libres encontraron la libertad a bordo d e los barcos piratas, una libertad que fuera d e las comunidades de cimarrones,  escaseaba en el principal teatro d operaciones d e los piratas: el Caribe y América del Sur. De hecho los propios barcos puritas podrán ser considerados como una comunidad multirracial de cimarrones en los que los rebeldes utilizaban las zonas de alta mar como otros utilizaban las zonas d e montana y las junglas.


Que la piratería no era solo cosa d e hombres es algo que quedó probado gracias a Anne Bony y a  Mary Read, las cuales demostraron, espada y pistola en mano, que la s mujeres podían también disfrutar d e la s muchas libertades que ofrecía la vida d e pirata. En el siglo XVIII eran pocas la s mujeres que se podan encontrar a bordo d cualquier tipo  de baroco pero fueron lo bastante numerosas para inspirar baladas sobre mujeres disfrazadas d guerreros que s e hicieorn famosas entre los trabajadores del Atlántico. Bonny y Read, cuyas hazañas se anunciaban en la portada de National History of the Pirates y , sin duda  alguna en muchos otros relatos de la época, maldecían y juraban como los marineros, llevaban sus armas como aquellos que estaban bien entrenados para la acción velica y subían a bordo d elos navíos apresados como solo podrían hacerlo los mas intrépidos y respetados miembros d e l a piratería..  Al actuar mas alla del alcance de ls poderes tradicionales de la familia, el Estado y el capital, y compartir los bienes con una solidaridad rudimentaria entre proscritos del mar se añadía otra dimensión al atractivo subversivo de la  piratería ya que asi  se tomaban libertades que estaban reservadas para los hombres de una época en que era reducida la actuación  social d e las mujeres.

(*) Peter Linebaught  -Marcus Rediker.- “La hidra de la revolución”.- Criticas Barcelona 2005. Pp 190-196. Para  notas  ver  el original

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